Javier Vila Riudavets, empresario, consultor y directivo de una agencia de publicidad, muestra sus obras de arte y su afición por la pintura. Nos demuestra la posibilidad de compaginar una profesión ejecutiva, con la dedicación al arte. Eligio el arte abstracto por su facilidad de poder expresar la creatividad, los sentimientos y las emociones. Sus inicios se remontan en el colegio cuando tenía 7 años, al ver un profesor su potencial, lo comunica a la familia y sus padres deciden apuntarle a clases de pintura en los meses de verano, es en el pueblo natal de la madre, Ayamonte (Huelva), donde inicia sus clases de la mano de Lola Martín, pionera de una gran saga de artistas Ayamontinos de gran prestigio, como Florencio Aguilera, Esury, Oliva, etc.
En el años 1995 abandona su trabajo de director comercial en una multinacional para montar una agencia de diseño gráfico y publicidad. Colabora con diseñadores de gran nivel en temas de identidad corporativa. Retoma su afición a las arte plásticas en año 2000, con la madurez y los conocimientos de los proyectos en el mundo del branding, diseño gráfico publicitario y corporativo. Su decisión fue como una vía de escape a los trabajos mercantiles tan expuesto a exigencia del cliente, y como “desestresante” de la gestión empresarial, "gracias al arte puedo tener una vía de desahogo y de satisfacción personal" comenta Javier.
Descubrió a Rothko y el arte abstracto, realizó su primera exposición de arte abstracto en el 2001, en el 2004 realiza la exposición de mas éxito “arte en arena” en el hotel Puerta de América. En el 2005 expone en spatium un lugar donde se fusiona la decoración oriental con el arte de artistas noveles. Algunas de sus obras evocan paisajes relajantes y estados de paz, en otros se reflejan la energía y la acción, otros la creatividad y su influencia del diseño gráfico. Posee una amplia variedad de estilos.